En 2008 parecía que los troles iban a escapar de sus páginas virtuales para devorar el libro en papel, pero poco a poco el sector comprendió que el crecimiento del ebookno implicaba necesariamente una pérdida del formato físico. Viviana Zocco, fundadora y consejera delegada de varias empresas argentinas que ofrecen contenidos digitales, apuesta por la convivencia de ambos formatos. “No va a evolucionar como la industria quiera, sino como el usuario elija”, asegura en Madrid, tras asistir al III Encuentro Internacional de Distribuidores Digitales este jueves en Madrid.

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La empresaria sabe que hay quienes “todavía tienen una relación emocional con el libro en papel”, pero lo considera algo en extinción: “Los millennials son una generación que se comunica y consume de manera diferente”. Arantza Larrauri, de la distribuidora de libros electrónicos Libranda, que también asistió al encuentro, le da la razón: “La mayoría lee en sus teléfonos o tabletas, no en unereader”, asegura basándose en un estudio elaborado por Libranda a partir de los datos de las editoriales a las que distribuyó a nivel mundial en 2015.

La demanda de libros electrónicos en español aumentó un 24% el año pasado, según ese mismo documento. De este crecimiento, el 31% se produjo en América Latina, y más de la mitad solo en México. “Los rumores de que se ha estancado son falsos”, sostiene Luis González, director general de la Fundación Germán Sánchez Ruipérez y organizador del evento.

Zocco, impulsora de proyectos como la revista TKM, que ofrece contenidos multimedia enfocados al público joven latinoamericano, cree que la expansión de la lectura digital debe basarse en la adaptación a los nuevos tiempos. “En mi empresa tenemos una frase siempre presente: ‘La tecnología cambia cada dos años”.

“Decir que ya nadie lee es el peor marketing y además no es verdad. Todo el mundo tiene un teléfono o una tableta”, asegura González. Para él, el principal cambio son las exigencias de losmillennials: “No es inteligente decirle a la gente lo que tiene que leer, hace falta ver qué quieren leer”. Las tendencias se marcan solas, y en 2015 fueron la ficción contemporánea (24,8%) y la novela romántico-erótica (22,6%) las que lideraron el mercado, según el informe de Libranda.

Para Zocco, lo que “no tiene sentido” es cobrar según el número de páginas. La empresaria argentina piensa además que ofrecer un contenido más personalizado a un precio asequible puede ayudar en la lucha contra la piratería. Y lo compara con el mundo de la música: “La gente ya no quiere pagar por un CD de 12 temas de los que solo escucha dos. Por eso triunfó iTunes”.

Otra industria de la que el libro electrónico puede aprender es la de los videojuegos. “Te dejan que lo pruebes antes de comprarlo”, explica González, y recuerda que él se enganchó así a la versión de pago de Spotify. El director de la fundación afirma además que la lectura ya no es una actividad de retiro, sino una forma de socializar a través de Internet. “El libro electrónico tiene ahora mismo todas las opciones para crecer”, asegura Zocco, quien confía en el futuro de la lectura, de un modo u otro, al asegurar: “Al ser humano le encanta desde siempre que le cuenten lindas historias, más divertidas que su día a día”.